La independencia y la dependencia a la filosofía aristocrática

La independencia de la Argentina de la corona Española significó la liberación de las Provincias Unidas del Río de La Plata, nacía un país soberano, con una Constitución Nacional. No hace falta recorrer mucho la historia para recordar que a sangre y fuego se forjó toda soberanía Americana, pero si vale la pena recordar lo que significó la independencia para entender cómo es que estamos donde estamos, y replantearnos aquella idea original de independencia.

Cuando hablamos de historia, escuchamos y leemos los relatos, hoy vivimos la historia y somos protagonistas, por lo que podemos darnos cuenta por todos los medios que la independencia fue de territorios, de políticas, pero no de filosofías. Las políticas cambian, los suelos se delimitan creando mapas territoriales, pero las filosofías permanecen, son más que políticas e ideologías, las filosofías se arraigan, el amor a la sabiduría, y la sabiduría es la que nos hace depender, aunque nos independicemos, la independencia supone siempre ser de un orden mayor, sabio y poderoso. Nos independizamos de una corona, nada mas y nada menos, pero qué significa esto, sino el mismo lineamiento filosófico, la pretensión de ser libres de una opresión, no de la sumisión en si. En este proceso independentista, se perdió la idea original de independencia, convirtiendo la independencia en meras divisiones territoriales y quizás políticas, pero sin darnos cuenta caímos en la misma filosofía de vida y de gobierno aristocrática, pues el gobierno es de uno y para algunos, marcando diferencias, que es lo aprendimos a hacer.

La República Argentina es libre, independiente, pero no de la filosofía aristocrática, tiene amor arraigado al poder y al mando, y eso no significa libertad, no es sinónimo de independencia, sino de dependientes de… de un gobierno que es la corona de sus dependientes, si bien hay sectores no dependientes, la dependencia en algún punto es normativa, no somos tan libres. Los dependentistas y los que se dicen independientes, cuando es perceptible y totalmente visible las dependencias económicas, en casa y hacia afuera también, tanto así las históricas dependencias filosóficas, el eterno amor a la sabiduría del poder, del gobierno y de la sectorización.

La filosofía aristocrática vive en las independencias Americanas, seremos realmente independientes cuando no dependamos del amor al poder, cuando haya total independencia del modelo sectorizador y dependizador, cuando el modelo sea una nueva filosofía de vida, de pertenecer, de ser independientes, dependiendo solo de nuestra naturaleza humana… nuestra solidaridad empatica.

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